«No hay maldad» es el título del drama episódico que ganó el Oso de Oro en la Berlinale.
Berlín, 1 mar (dpa) – En realidad debería ser su gran momento. El director iraní Mohammad Rasoulof rodó un film político sobre la pena de muerte en su país.
«No hay maldad» es el título del drama episódico que ganó el Oso de Oro en la Berlinale en la noche del sábado. Pero cuando Jeremy Irons anuncia como presidente del jurado a la película premiada, Rasoulof permanece ausente: tiene prohibido salir de Irán.
El premio es recibido por su hija Baran, que vive en Alemania. Expresa que está conmovida y feliz y al mismo tiempo muy triste. «Porque este premio es para un cineasta que hoy no puede estar aquí», dice en Berlín. «Este premio es para él.»
Al igual que su colega Jafar Panahi («Taxi Teherán»), Rasoulof es uno de esos cineastas iraníes que una y otra vez se enfrentan a problemas para filmar en su país de origen.
Ambos habían sido condenados a prisión tras las protestas contra las elecciones presidenciales de 2009. A Rasoulof le quitaron el pasaporte, pero no está en prisión. La noche de la premiación se conecta con Berlín a través de un teléfono móvil.
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